Cada año por esta época, en mi consulta se suceden las mismas quejas de los padres “sólo tenemos tiempo de deberes y actividades extra-escolares” y los lamentos de los niños y niñas “no me da tiempo de jugar”.
Entre el colegio y las actividades extra-escolares, los niños tienen jornadas laborales “maratonianas”, en la que encadenan una actividad con otra y olvidamos respetar sus ritmos para hacer las cosas.
El otro día me decía una madre “mi hijo de 8 años tarda mucho en comer y se nos hace tarde para los deberes”; “cuánto es mucho” (le pregunto yo) “media hora y tiene que hacer los deberes antes de las actividades extraescolares” (me contesta irritada). Entonces veo como el estrés, la irritabilidad y el malestar se va apoderando de grandes y pequeños, impidiendo que padres e hijos lo pasen bien y estén contentos cada día (creo que ahí radica la verdadera felicidad).
Las actividades extra-escolares son beneficiosas siempre que no supongan una sobrecarga para los menores, respondan a sus intereses y gustos (no a los de los papás), les permitan disfrutar y desarrollar otras aptitudes y habilidades diferentes a las puramente académicas que favorecerán el desarrollo de su autonomía y autoestima.. Haciendo deporte, manualidades, actividades artísticas, robótica, idiomas…los niños también aprenden.
Ahí os dejo algunos consejos a la hora de elegirlas:
1 cada niño es único, tiene sus intereses y su ritmo por lo que a todos no les sirve lo mismo; pregúntale qué actividad quiere
2 no pasa nada si, en un breve tiempo, cambia de opinión y quiere otra; está explorando el mundo y probando lo que les gusta
3 no te dejes influir por las modas o la presión social a la hora de seleccionarlas
4 tienen que ser divertidas
5 han de ajustarse a la edad del niño
6 tienen que potenciar aptitudes y habilidades del niño
7 su frecuencia ha de adaptarse al ritmo del niño NUNCA al revés
8 no tienen que sustituir al tiempo de juego ya que los niños SIEMPRE NECESITAN JUGAR
Disfrutar de cada día está en nuestra mano. La clave está en conocer a nuestro hijo y buscar el equilibrio en sus actividades cotidianas. Si al finalizar el día tu hijo lo ha pasado bien y se acuesta contento, será un día feliz para toda la familia.
Alma Martínez de Salazar. Especialista en Psicología Clínica
FOTO: FLICKR
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